en alemania mola mucho: los jardines botánicos (en este caso el de Rostock)

El viernes encontré el sitio más bonito de Rostock. Volvía de una cita burocrática a la que tuve que asistir a las 8 de la mañana en una zona de la ciudad que nunca había visitado, cuando vi un cartel que decía "Botanischer Garten por allí" [o sea, con flechita] y me picó la curiosidad.
¿Que será eso? No suena mal. Fui rápidamente a casa a por la cámara, un café y la crema de sol [empezaba a calentar aunque sólo eran las 9.30, es lo que tiene el norte, el sol coge fuerza mucho antes].
Esperaba encontrar un modesto jardín con unas cuantas especies, quizás un laguito.

Vale.

Esto fue lo que ví:












Aquí se practica yoga todos los miércoles por la tarde
Es tan perfecto que parece de mentira.

La superficie del jardín es de 7,8 hectáreas. Se fundó en 1885, pero no fue hasta 1939 cuando se hizo público. Pertenece al Campus de la Universidad de Rostock.
La entrada se realiza por la calle Hamburguer Strasse y los horarios de visita son:
Lunes: cerrado
Martes a Viernes: 7:00-18:00
Sábado y Domingo: 9:00-18:00
Además el jardín sólo está abierto entre Abril y Noviembre.

Nada más atravesar la puerta de entrada hay un aparcamiento para la bici, ya que está prohibido adentrarse en el jardín con ella [también prohiben entrar con perros].
Hay, además, un buzón para donaciones, mapa de situación [que he traducido al español como buenamente he podido], un tablero informativo de las diferentes actividades en torno al jardín, y unas fotos de "la planta del mes".



También se puede visitar el invernadero, de Martes a Jueves entre las 10:00-12:30 y 13:00-15:00.


 En la hora y media que pasé dentro [y no me dio tiempo a verlo todo] me crucé con 4 personas [sin contar a los jardineros]. Hay varias zonas con bancos donde tumbarse tranquilamente a oir cronar a las ranas, tomar el sol, leer. También está permitido caminar por ciertas zonas verdes, donde me imagino que también se puede uno tirar a la bartola a disfrutar del silencio y los aromas.
A mi me parece un sitio alucinante, pienso volver a menudo.

De todas las plantas y árboles que vi, estos fueron los que más me gustaron:



el árbol de Judas...daban ganas de quedarse a vivir ahí debajo


leche de loba

violeta tricolor, espectacular







me voy, ¡otro día más!

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